El mar ya no es un espacio al margen de la Memoria. Las nuevas tecnologías permiten la recuperación de cadáveres del gran cementerio marino. El blog Opinión Publicada evocaba medio en broma medio en serio la posibilidad de que alguien busque y encuentre los restos de Osama Bin Laden que, según el Presidente Obama, fueron arrojados al mar; la ocurrencia no parece del todo disparata a la luz del reciente hallazgo de varios cadáveres de las víctimas del trágico accidente de Air France; han transcurrido dos años desde que un 1º de junio de 2009, el AFR 447 se precipitó a las aguas del Atlántico. Informaba el diario El País del pasado 8 de mayo:
"A 800 kilómetros de las costas brasileñas, en medio del Atlántico y a 3.900 metros de profundidad, se encuentran desde hace dos años los restos del Airbus de Air France que en la madrugada del 1 de junio de 2009 se estampó contra el océano con 228 personas a bordo. En esa planicie abisal a la que no le ha llegado la luz jamás y en la que hasta las bacterias encuentran dificultades para sobrevivir, a dos grados de temperatura, aún duermen alrededor de 60 cadáveres que, según varios especialistas, no solo podrían encontrarse en no muy mal estado de conservación, sino que incluso serían reconocibles e identificables a simple vista, momificados como espectrales figuras de cera, según describía el jueves pasado un médico forense al diario Le Figaro. Las particulares condiciones de ese infierno, paradójicamente, han empujado a que algunos de los cuerpos adquieran una consistencia cerúlea y jabonosa a pesar de llevar casi 24 meses en esa sima a cuatro kilómetros de profundidad".